

Las habitaciones y las zonas comunes están decoradas en tonos relajantes y con materiales que interaccionan perfectamente con el entorno; las montañas rojas, el césped verde y el cielo azul.
Han conseguido una decoración perfecta mezclando lo moderno y lo clásico. Hay elementos innovadores como la ventana de la zona de la ducha hacía el dormitorio y el teléfono dentro del baño.
No es casualidad que Luis Miguel y Jamiroquai se hayan quedado en el hotel.
En la actualidad, los estilos en boga resuman líneas simples y carácter funcional. El Neobarroco resurge, precisamente, para romper sutilmente con estas líneas y contrastar al minimalismo o a la decoración zen.
En cualquier caso, el Neobarroco del s.XXI no pretende seguir a pies puntillas el exceso ornamental del Barroco original. Hoy se combinan sabiamente el mobiliario antiguo con el contemporáneo, intentado así armonizar lo viejo y lo nuevo.
Dar a nuestra casa un aire Neobarroco es tan fácil como añadir un mueble clásico a un espacio actual: contrarrestar las curvas y lo recargado de los muebles antiguos con la ligereza y pulcritud de la línea recta de hoy.
Comedores donde las mesas dibujan líneas sencillas y las sillas de dejan tapizar con tejidos estampados o incluso aterciopelados.
Cuartos de baño diseñados para que las piezas, impolutamente blancas, destaquen sobre una pared de azulejos en rojo, negro o dorados metalizados, esbozando delicados mosaicos o motivos florales.
Dormitorios luminosos salpicados de detalles en color ciruela, verde musgo o azul petróleo; obteniendo espacios que van de lo personal a lo aparentemente teatral.
Definitivamente el Neobarroco es la adaptación de las formas de ayer con los materiales y las líneas de hoy: lámparas de araña, grandes espejos, telas brillantes y curvas imposibles combinaran a la perfección con la vanguardia decorativa de nuestro siglo, creando espacios verdaderamente esplendorosos.
Ladybird deja claro que la falta de espacio incentiva la búsqueda de soluciones funcionales, pero también que nadie quiere tener que renunciar al diseño para atender a sus necesidades.
Este producto híbrido combina lavabo-tocador y una pequeña bañera que aparece al extraer la parte superior.
Se trata de una atractiva idea que ayudará a aquellos que no cuenten con un baño amplio a poder sumergirse bajo el agua y disfrutar de un momento relajante.
Quizás Ladybird tenga limitaciones para personas muy altas, embarazadas o de sobrepeso pero lo que es seguro es que será la delicia de los niños de la casa y de los mayores que estamos cansados de las duchas rápida a las que la vida moderna nos tiene acostumbrados.
Ladybird se comercializa en blanco, negro y rojo y es una de esas piezas versátiles que nos hacen el día a día un poquito más placentero.