El diseñador finlandés Eero Aarnio creó en 1962 la Ball Chair como un proyecto personal, diseñado exclusivamente para situarla en su nueva casa. Ese mismo año dos jóvenes directivos de la compañía Asko fueron a visitarlo para pedirle unos diseños de madera de pino. Fue en ese preciso momento cuando se dieron cuenta de las posibilidades de la silla.
Aún llevó unos años para que entrara en producción, hasta que en 1966 fue presentada oficialmente en la feria de Colonia, donde fue la gran sensación. A partir de entonces se convirtió en la pieza más emblemática de los años 60 y en el inicio de una serie de elementos fabricados en fibra de vidrio. Sin duda alguna un verdadero icono del diseño.
La Ball Chair es una habitación dentro de otra habitación, se convierte en una estancia de atmósfera calmada, protegida de los ruidos. Un espacio íntimo donde relajarse o, por ejemplo, realizar una llamada telefónica. Además, su cuerpo giratorio permite poder cambiar el punto de vista y no excluirse totalmente del mundo.
La estructura está fabricada con fibra de vidrio y el interior dispone de un relleno de espuma para la total comodidad del usuario.
Disponible en una infinidad de colores. En la página de Eero Aarnio se puede configurar el aspecto exterior e interior de la silla antes de pasar a realizar el pedido a las empresas que la producen en la actualidad. La Ball Chair se puede encontrar por unos 3.500 Euros, pero antes de decidirte a comprarla asegúrate de que entra por la puerta, pues tiene unas medidas de 133x122x91 cm.
La última novedad en cuanto a la silla es habérsele incorporado unos altavoces de 200 vatios y una entrada para conectar un reproductor o un puerto USB. De esta manera podemos escuchar nuestra música preferida desde un espacio único, personal y sin molestar al que no comparta nuestros gustos.
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