Como le pasara a muchos otros arquitectos Kenzo Tange no tenía intenciones de convertirse en arquitecto, hasta que lo cautivó la obra de Le Corbusier, e ingresó en la Universidad de Tokio.
En 1946 se convirtió en profesor de dicha Universidad. En esta época se le encarga la reconstrucción de Hiroshima.
Su obra se inscribe en la situación histórica del Japón de su tiempo. A fines del siglo XIX, Japón experimentará un cambio en sus tradiciones. A partir de 1866 el arte y arquitectura japoneses impactan a los europeos. Simultáneamente, Japón se ve conmovido por la influencia norteamericana y europea. La arquitectura japonesa comienza a adoptar el estilo constructivo de occidente, y a principios del siglo XX, se encargan edificios modernos.
Aparece entonces una generación de arquitectos modernos japoneses, entre los cuales figura Kunio Maekawa, quien será maestro de Kenzo en su época inicial.
Los primeros diseños de Tange tienen una fuerte influencia japonesa, pero paulatinamente irá adoptando el estilo internacional, convirtiéndose con el tiempo en uno de sus mayores impulsores.
Del diseño internacional tomará el concepto de orden estructural claro y definido. De Le Corbusier el concepto diseño urbano y la combinación de diseños sencillos y racionales en los edificios.
Existe una preferencia por el uso del cemento en fachadas y el empleo de las azoteas como quinta fachada, en los cuales se nota la influencia de Le Corbusier.
Sus proyectos reflejan la convicción de que la arquitectura debe llegar al corazón, sin olvidar la lógica que debe estar presente en los espacios, formas y aspecto.
Tange sostiene que el diseño de nuestro tiempo debe combinar tecnología y humanidad.
Uno de sus principales aportes estuvo en mostrar la validez que el cemento tiene como material aparente. Lo cual llevó a que aún hoy en día continúen empleándolo muchísimos arquitectos, estando de plena actualidad.
Su original tratamiento de las plantas, audaz al mostrar los apoyos, enormes columnas que contienen las áreas de circulación, la sectorización de sus espacios, constituyen parte de la herencia que este maestro nos dejó.
Sin duda se trata de uno de mis arquitectos favoritos, aunque cabe decir que la arquitectura japonesa en general me fascina ya de por si. Kenzo Tange es, desde mi humilde opinión, una fuente de inspiración, una forma de corroborar que lo tradicional y lo vanguardista puede fundirse sin abandonar el diseño vanguardista.
En el 2005 moría Tange, pero para la posteridad quedaran muchas de sus obras.
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